FAROLES DE LUNA como las luciérnagas que a veces esperan a la madrugada para encandilarnos sin atropellar llegaste a mi vida como un espejismo sembrando con luces los valles desiertos de mi soledad faroles de luna golondrinas mágicas fuiste un imposible que besé en mis sueños lírico fantasma que me hizo llorar te amé en el silencio porque con tus ojos trajiste ilusiones recados fugaces de brillo y de paz por eso en las tardes cuando tu recuerdo sin pedir permiso me viene a abrazar sin vacilaciones me abrazo a tu sombra bordando quimeras te brindo mis labios me dejo besar © Patricia Velásquez de Mera Abril 23 2009
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor