La tristeza es la mitad de la vida, pero lo importante es no quedarse a habitar en ella. Crecer es aceptar y aprender a manejar ese vaivén permanente entre lo positivo y lo negativo. En el balance, encontramos que en tiempos difíciles acumulamos la fortaleza que nos hará producir mucho más que en épocas fáciles, porque cuando todo es factible, poco creamos. Lo fácil –valga la redundancia- es el resultado de lo que se ha sudado antes. Es en la soledad, en el dolor, en los aprietos, en donde uno descubre luz y la comparte, a voluntad o no, porque la luz no se puede esconder. Y para todo el mundo es igual, sea cual fuere nuestra actividad. (Dagor)
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor