La tristeza es la mitad de la vida, pero lo importante es no quedarse a habitar en ella. Crecer es aceptar y aprender a manejar ese vaivén permanente entre lo positivo y lo negativo. En el balance, encontramos que en tiempos difíciles acumulamos la fortaleza que nos hará producir mucho más que en épocas fáciles, porque cuando todo es factible, poco creamos. Lo fácil –valga la redundancia- es el resultado de lo que se ha sudado antes. Es en la soledad, en el dolor, en los aprietos, en donde uno descubre luz y la comparte, a voluntad o no, porque la luz no se puede esconder. Y para todo el mundo es igual, sea cual fuere nuestra actividad. (Dagor)
nada soy o soy tan poco como una maceta discreta que olvidada y solitaria observa desde la ventana los transeúntes que pasan apenas soy en mi estancia la esquina fortuita de una casa ubicada en cualquier manzana poeta desencantada tomando notas fotografiando sonrisas con las pupilas cansadas para poder reflejarlas entre los versos del alba mientras los zapatos sangran por calles imaginarias largas calles no empedradas plagadas de dolor de desesperanza eso soy o no soy nada una huida permanente un paso en el andén constantemente un atardecer lleno de nubes sobre la playa de los indolentes nada soy o soy tan poco transparente anacoreta pintando sobre muros invisibles los rostros de otros bardos que no calzan en las listas repetidas en las alfombras purpúreas de los mercaderes de la humanidad Dagor Ab...
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