Empinando la nariz por la ventana de la cocina, es fácil sonreír. Detrás del cristal aguarda con majestuosa timidez, como princesa, una pequeña rosa que apenas abre sus pétalos a los besos del sol. Cuando el viento sopla, parece divertirse cual niño en parque infantil, se hamaquea sin prisas saboreando el paisaje, respondiendo como hada a mi mirada absorta. Cuando la lluvia llega, se inclina llena de gracia en dirección al charco que se forma a sus pies… Frente a su silencio sublime, encuentran respuesta las tribulaciones, se visten de luz los espacios grises del pensamiento, se llenan de fe los verdes campos del sentimiento.
© Dagor PVV
Hace un cuarto de siglo Eddie Chiang Espinoza ya estaba cantando… Empezó a hacerlo hace cincuenta años, en el vientre materno. La adolescencia lo sorprendió abrazado apasionadamente a una guitarra. Una de las voces más exquisitas de la música popular en el Ecuador, Eddie se compenetró con su destino de cantante desde muy joven, comprendió que la tarea no sería fácil pero sería hermosa, supo que con su voz podía encarnar al poeta, al compositor y aportar con su interpretación impecable para formar un trío de un sólo hombre, una amalgama de técnica, ternura y pasión con la cual llegaría a tocar el alma de todo el que haya tenido el privilegio de escucharlo. El título de su primer long play "INTIMIDAD" sin duda marcó su trayectoria Su canto es siempre íntimo, se le hace fácil llegar por el oído al corazón del público. Su voz fluye naturalmente, como cuando el pintor se para frente al lienzo y las imágenes empiezan a plasmarse solas, a cobrar sentido, a tener una razón de ser s...
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