Cuando un bardo trata de forzar sus versos usurpando el estilo ajeno, cambiando solamente las palabras en un poema, el resultado puede ser fatal, termina pareciéndose a un collar mal armado, como si las perlas no calzaran en su soporte y se rebosaran por ajenas. Además, es una cuestión de ética, y nada más triste que un poeta sin la misma. © Dagor
nada soy o soy tan poco como una maceta discreta que olvidada y solitaria observa desde la ventana los transeúntes que pasan apenas soy en mi estancia la esquina fortuita de una casa ubicada en cualquier manzana poeta desencantada tomando notas fotografiando sonrisas con las pupilas cansadas para poder reflejarlas entre los versos del alba mientras los zapatos sangran por calles imaginarias largas calles no empedradas plagadas de dolor de desesperanza eso soy o no soy nada una huida permanente un paso en el andén constantemente un atardecer lleno de nubes sobre la playa de los indolentes nada soy o soy tan poco transparente anacoreta pintando sobre muros invisibles los rostros de otros bardos que no calzan en las listas repetidas en las alfombras purpúreas de los mercaderes de la humanidad Dagor Ab...
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