Acariciar mis pinturas para que no se sientan solas, revisar mis libros para que sepan que alguien los escucha, es un ritual necesario para no dejar morir el otro yo que me habita irremediablemente, aquel que únicamente se asoma a la ventana en noches de luna o en domingos de paz... El resto del tiempo, con la puerta cerrada a mi quimera azul, me convierto en lo que no soy pero que he aprendido a manejar muy bien para poder seguir caminando por el mundo.
© Dagor
nada soy o soy tan poco como una maceta discreta que olvidada y solitaria observa desde la ventana los transeúntes que pasan apenas soy en mi estancia la esquina fortuita de una casa ubicada en cualquier manzana poeta desencantada tomando notas fotografiando sonrisas con las pupilas cansadas para poder reflejarlas entre los versos del alba mientras los zapatos sangran por calles imaginarias largas calles no empedradas plagadas de dolor de desesperanza eso soy o no soy nada una huida permanente un paso en el andén constantemente un atardecer lleno de nubes sobre la playa de los indolentes nada soy o soy tan poco transparente anacoreta pintando sobre muros invisibles los rostros de otros bardos que no calzan en las listas repetidas en las alfombras purpúreas de los mercaderes de la humanidad Dagor Ab...
Comentarios