Cuéntame cómo es la luz por dentro, cómo se siente volar sin escafandra en el cielo interminable de la eternidad. Dime si el dolor vuela como cometa adherido a su dueño, o si la palabra recuerdo se convierte en polvo de estrellas y regresa a nuestro planeta a besar las copas de los árboles vestida de invierno.
Dime que duermes a pierna suelta, que comes manjares transparentes y dulces que no contienen azúcar, que no te causan hipertensión arterial.
Dime que en tu mar no hay olas, que la orilla es de cristal, que el agua te besa las manos.
Dime que eres feliz!
(Dagor)
(Foto: "La Laguna" por Patricia Velasquez de Mera. New Orleans, 1998) 8002 Sycamore Llegó apurado, frotándose las manos. Apretaba el periódico del día bajo su brazo izquierdo. En la mano derecha, como de costumbre, llevaba un pan empacado en papel de cera. Hacía frío, pero también como de costumbre, no llevaba calcetines y sus canillas blancas como la nieve relampagueaban entre los mocasines y el pantalón. Depositó el pan sobre la mesa y se sentó de espaldas al salón, frotando sus manos una contra la otra por largo rato. Little Watch (relojito) apareció de algún rincón y moviendo la cola se le pegó a la pierna con familiaridad hasta que se escuchó el grito: Maldita sea! Ya me pasaste el puñado de pulgas. Se levantó agitado, abrió la puerta y Little Watch salió pitando por ella. Volvió sobre sus talones y se dirigió a la chimenea, prendió el fuego sin sacarse el abrigo y se metió en la cocina. Mientras pasaba café leía con interés el diario y tomaba con placer -como si aquello
Comentarios