Ir al contenido principal
Cada copo de nieve es un suspiro suspendido frente a mi ventana. Invicta, la bandera de Navidad, permanece de pie entre el frío y el viento que sacude la blancura de los árboles.

Pasa un cardenal a vuelo raso, sé que es él, el interlocutor ubicuo, el filósofo que hace soñar a las plantas congeladas, el poeta jocoso que dibuja flores con sus piruetas alrededor de la chimenea. Lo reconozco por su sonrisa insuperable. Apenas me mira. Busca refugio, le abro la puerta y en lugar de entrar, sacude su abrigo de alas escarlata frente a ella, como para desplegar calor en mi estancia y abrazarme el alma. Saluda tocando su cabeza con la punta de un ala. Se aleja en dirección a un arbusto y desaparece en él.

Bendito invierno con sus paisajes níveos y sus cantos de esperanza. Quizás todo es un sueño, tal vez una quimera, pero no hay mejor manera de calentarse las manos al fuego del hogar, que en la estación de la espera.

Dagor

Comentarios

Entradas populares de este blog

8002 SYCAMORE

(Foto: "La Laguna" por Patricia Velasquez de Mera. New Orleans, 1998) 8002 Sycamore Llegó apurado, frotándose las manos. Apretaba el periódico del día bajo su brazo izquierdo. En la mano derecha, como de costumbre, llevaba un pan empacado en papel de cera. Hacía frío, pero también como de costumbre, no llevaba calcetines y sus canillas blancas como la nieve relampagueaban entre los mocasines y el pantalón. Depositó el pan sobre la mesa y se sentó de espaldas al salón, frotando sus manos una contra la otra por largo rato. Little Watch (relojito) apareció de algún rincón y moviendo la cola se le pegó a la pierna con familiaridad hasta que se escuchó el grito: Maldita sea! Ya me pasaste el puñado de pulgas. Se levantó agitado, abrió la puerta y Little Watch salió pitando por ella. Volvió sobre sus talones y se dirigió a la chimenea, prendió el fuego sin sacarse el abrigo y se metió en la cocina. Mientras pasaba café leía con interés el diario y tomaba con placer -como si aquello

A Punto de Llorar.

 las voces del tiempo  pululan por mis sienes como si fuera invierno en plena primavera del siglo XXI ahora cuando sueño el viento se detiene sin ruido en la garganta se anuda como puede para no sollozar cuando elevo las manos mariposas cansadas pálidas resecas en contraluz se agitan como pañuelos viejos a punto de volar Dagor

NADA SOY

nada soy  o soy tan poco  como una maceta discreta  que olvidada y solitaria  observa desde la ventana  los transeúntes que pasan  apenas soy en mi estancia  la esquina fortuita de una casa  ubicada en cualquier manzana  poeta desencantada  tomando notas  fotografiando sonrisas con las pupilas cansadas  para poder reflejarlas  entre los versos del alba mientras los zapatos sangran  por calles imaginarias  largas calles no empedradas  plagadas de dolor  de desesperanza  eso soy  o no soy nada  una huida permanente  un paso en el andén constantemente  un atardecer lleno de nubes  sobre la playa de los indolentes  nada soy  o soy tan poco  transparente anacoreta  pintando sobre muros invisibles  los rostros de otros bardos  que no calzan en las listas repetidas  en las alfombras purpúreas  de los mercaderes de la humanidad Dagor  Abril 25, 2023