
Mayo 22, 2013//
DESDE MI VENTANA//
Me desperté con la música de las gaviotas, con el olor a mar, con el susurro del viento. El sol apenas se asoma haciendo girar colores indescriptibles sobre el agua.//
De pie, frente a la ventana, contemplo el reflejo de las casas pintorescas que bordan la bahía.//
Desayunar así, con la paz en la garganta, parece un pecado cuando se sabe que en tantas latitudes del planeta, el dolor, la impotencia y la violencia, son el pan de cada día. Cada sorbo de café cierro los ojos y pienso en ellos, en las víctimas de los últimos tornados, en las miradas ausentes de los que cayeron en algún atentado en cualquier parte del mundo, en los desterrados, en los enfermos terminales, en los presos sin fórmula de juicio, en las caritas sucias de los hijos de la guerra… de todas las guerras… Pienso en los niños hambrientos y desarropados, en la frustración de sus padres, si acaso los tienen…//
Esto es algo así como vivir en dos mundos, como el sabor agridulce de esa taza de café que les describo. Del lado de la calle, los carros se cruzan para llegar más rápido a su destino, aunque aquello sea imposible porque al tiempo no lo para nada, ni nadie. Por eso es que la prisa casi siempre es extemporánea y poco refinada. Los semáforos, como péndulos, no cesan de cambiar de color, y la gente, como hormigas, inunda la avenida con su ir y venir, entrando y saliendo de edificios y viviendas. El viento hace lo suyo, eleva faldas, despeina cabezas, abraza árboles, hace rodar algún trozo de periódico viejo, bahía abajo. Mientras esto sucede al frente del edificio, en la parte de atrás, el silencio abruma, deleita, eleva a alturas insospechadas. Esa es la única constante del paisaje desde el balcón de mis sueños, ese silencio de los canales de agua con sus barquitos traviesos, sus aves, y el soplo encantado de la brisa.//
Las casas, una junto a otra, bordan la bahía alegremente en mágico cuadro multicolor. Por el día parecen solitarias, pero cuando llega la noche, las luces en sus ventanas nos cuentan historias que imaginamos poéticas.//
Anoche, el cielo iluminado me trajo las sonrisas de los hijos y nietos en cada una de sus estrellas, mientras la mirada del hombre que amo, depositó la luna en mis manos para alumbrarme el cuaderno de notas.//
Esta mañana está fría, pero mi corazón guarda la calidez del sol de ayer. Detrás del cristal veo correr el agua mientras escribo estas líneas y le dedico la belleza de este instante, como una flor de primavera, a todos los que a pesar de todos los bemoles, busquen paz en el tesoro alentador de la palabra.//
© Dagor
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