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El domingo es una especie de oasis, de tregua. Por la mañana es como un barquito de papel navegando en una taza de café, como las flores del campo, como una bandera blanca, como un suspiro largo frente a un lago. Al medio día es como el calor de la ventana soleada, como la quimera de la alegría en el parque. En la tarde, se convierte en el pastel que se disfruta sin prisas, como una tertulia íntima cuando se pone el sol. La música es el ladrido lejano del perro del vecino, la poesía es la sonrisa de un nieto… Al final del día el músculo del ser se estira, el silencio se apodera de la casa, el periódico cansado se acurruca en un rincón. Entonces repasamos con ojos cerrados las cartas que quisiéramos escribirle al mundo, a la vida; acomodamos la cabeza en la almohada y a pesar de todos los bemoles, de todas las incertidumbres y las injusticias que vive el planeta, suspiramos renovados y soñamos con una gran semana para toda la humanidad! © Dagor PVV
Una ciudad que te ha cobijado, es una amiga inolvidable que siempre sonará como cuerda de guitarra entre las venas de tu corazón. Te dejará sus ríos en el recuerdo por si una tarde la vida te hace llorar. Te pintará en la memoria el color de sus calles, las voces de su gente, sus mañanas soleadas y sus noches de estrellas. Te hará soñar con el retorno, aunque nunca vuelvas. Vivirá en ti como tú viviste en ella. Dagor PVV

CANTO A GUAYAQUIL: 9 DE OCTUBRE DE 2012

yo llevo una perla colgada en el pecho/ en ella se miran cual si fuera espejo/ las calles alegres de mi gran ciudad/ en ella pernoctan grillos callejeros/ doncellas antiguas, aves y sirenas/ que atizan su fuego de brillo inmortal/ en noches de luna la perla se enciende/ se asoman al vuelo románticas musas/ que abrazan mi verso y me hacen soñar/ yo guardo una perla tallada en el alma/ en ella se escuchan guitarras añejas/ repitiendo quedo los cantos del mar/ en ella recorre Guayaquil su historia/ despiertan heroicas las gestas insignes/ las voces valientes de la libertad/ en tardes de lluvia la perla entristece/ sus ojos morenos depositan lágrima/s/ sobre la nostalgia de mi soledad © Dagor PVV
FLORES PARA NATALIA. Oleo sobre panel. © Dagor PVV
Todo dolor nos llega, aunque la ceguera social pretenda ignorarlo. Hay gente que no escucha los golpes de la lluvia sobre su ventana. © Dagor
En algún rincón del planeta palpitas sin reproches con tu miseria a cuestas, con tus bemoles saturados por la injusticia social. Por eso te escribo, porque eres ubicuo, porque tu soledad muerde mi felicidad con cada puesta de sol. Eres tú quien inspira mis lágrimas de frustración y de ternura. Como lluvia en el verso, siempre te conviertes en palabra sobre el lienzo de mi corazón. ©Dagor
He recounted the story with the softness that characterizes him. He carefully knitted his words together. “The Sun was chasing me on my way over Les Alpes Maritimes. There will always be magic between the mountains, the Sun and I, therefore, the happiness that I felt that day was not a new one. Little houses aligned a joyful row that illuminated the landscape, but they seemed distant until I came close enough to appreciate their beauty. Then, they looked like music boxes about to unravel. There were hundreds of cars parked on both sides of the road. I walked in a direction driven by instinct and when I made a turn towards an alley, there they were. The whole town was reunited at a food and bric-a-brac fair. The Church shone with its doors open, the colors of the tents of the merchants danced before my eyes, the laughter of men and women spoke of fascinating tales, and the rosy-cheeked toddlers did not stop running around my heart. Everything spoke of a magnificent Sunday morning. I kep...
Me lo contó con la suavidad que le caracteriza. Cuidadosamente hilvanaba cada palabra con la siguiente: “El sol me seguía mientras avanzaba camino arriba por la carretera de Les Alpes Maritimes. Siempre habrá magia entre las montañas, el sol y yo, por eso, la felicidad que me embargaba ese día, no era nueva. Las casitas en fila se empinaban alegres sobre el paisaje lejano, hasta que llegué al pueblo y pude apreciar de cerca su belleza. Parecían cajitas musicales a punto de abrirse. Había cientos de carros parqueados en ambos lados de la vía. Avancé en la dirección del instinto y cuando viré por una callecita, allí estaban todos. El pueblo entero se había volcado sobre una feria de alimentos y chucherías. La iglesia resplandecía con sus puertas abiertas, los colores de las carpas de los comerciantes bailaban ante mis ojos, las risas de hombres y mujeres contaban historias, las mejillas rosadas de los chiquillos correteaban sin parar alrededor de mi corazón; todo hablaba de una esplendor...
UNIVERSOS PARALELOS. Oil on canvas. © Dagor
Soy de Guayaquil, me caliento las manos tocando en el recuerdo sus muelles tibios que huelen a sol, me refresco los pies caminando descalza, recorriendo el ayer por las orillas del Guayas. Y cuando cierro los ojos, paseo por la avenida Nueve de Octubre de la mano de Abel Romeo Castillo. Soy de Guayaquil... © Dagor PVV
Acaba de pasar una furiosa tormenta, el romanticismo de mi nota anterior quedó hecho jirones cuando se me apagó la computadora. Los truenos gritaban como político en campaña, como vendedor de chucherías, como mujer celosa. Inmediatamente, me puse a pintar un edificio blanco sobre el paisaje apacible de mi lienzo para consolar al imaginario de mi esperanza. Algo así como plantar una bandera de paz en zona de guerra, mientras se cruzan los disparos. (Dagor)PVV
Un domingo distinto, los duendes de la lluvia bajan desde las nubes por escaleras de agua, entre sus ojos traen gotas de cristal que saltan de arbusto en arbusto, que corren calle abajo. Aznavour, me lleva de la mano por Venecia. El día está nublado, se me antoja pintarme el alma de azul. Soplará el viento y traerá las manos luminosas de las hadas del sol, a remozar la transparencia de mi ventana… a cambiarle el color a mi corazón… (Dagor)PVV
SIMONE. Oil and mixed media on canvas. © Patricia Velasquez de Mera
Agosto 26 de 2012 CARTA A PINKA Contemplando tu retrato, descubro nuevas pecas en tu rostro. La traviesa intensidad de tu mirada, me abraza. Cuántas cosas se quedaron truncas cuando tuviste que partir aupada por el dolor, a ese viaje sin retorno. Tus fotos ya enumeradas, arregladas por estaciones, sonríen en todo momento. Me basta abrir tu cuaderno de poemas, ojear las evoluciones de tu mente y de tu corazón en ellos, para saber que sigues entre nosotros. Al fondo de cada taza de café que compartimos, quedó nuestra esencia con aroma de amor indisoluble. Cada confidencia, cada canción de juventud, valieron la pena. Ahora el Barcelona lidera el campeonato, tus nietos van creciendo y las mías han llegado. En cada uno de ellos, hay un poquito de tus pasos y de los míos. Hay algo de esa herencia bendita que tuvimos el privilegio de conllevar. Es decir, que cuando me toque alcanzarte, seguiremos habitando en ellos, girando sin parar en el paisaje del planeta. Hoy es tu día… el 26 de agost...
Empinando la nariz por la ventana de la cocina, es fácil sonreír. Detrás del cristal aguarda con majestuosa timidez, como princesa, una pequeña rosa que apenas abre sus pétalos a los besos del sol. Cuando el viento sopla, parece divertirse cual niño en parque infantil, se hamaquea sin prisas saboreando el paisaje, respondiendo como hada a mi mirada absorta. Cuando la lluvia llega, se inclina llena de gracia en dirección al charco que se forma a sus pies… Frente a su silencio sublime, encuentran respuesta las tribulaciones, se visten de luz los espacios grises del pensamiento, se llenan de fe los verdes campos del sentimiento. © Dagor PVV
KATRINA. Oil on canvas © Dagor PVV
El horizonte es una línea de sueños cumplidos que se posa ante nuestros ojos para brindarnos esperanza, para animarnos a continuar. © Dagor PVV