me dejas este hueco como llaga en el pecho el olor de tu pelo las arrugas profundas de tus manos cansadas y al fondo de tus ojos esa tenue luciérnaga de tu largo silencio de tu gran soledad en momentos difíciles yo siempre te esperaba mas tú no lo entendías marcabas el vacío la distancia el espacio que no podré llenar yo sé que se hace tarde que el músculo vencido pierde peso y se eleva marcando a cada paso lo cercano del cielo lo lejano del mar y aunque nunca lo sepas este verso es tan tuyo como mi vida misma porque con tu derrota mi sueño recurrente también se debilita cual la conscupicencia de esas horas malditas que le robaste al sol pero a pesar de todo de las noches en vela de lo abstracto del verbo de lo gris de la historia no quiero que te vayas sin decirte que te amo por razones quiméricas remedos de atavismo que nublan la memoria © Dagor PVV 21 de abril de 2011
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor