Odiar no debe ser el refugio final, debe ser ese túnel espantoso del que salimos aunque sea a rastras hasta encontrar la luz. No hay luz en el rencor, si analizamos bien el más horrendo de los dolores, detrás de él hay una enseñanza que debemos utilizar para crecer y para ayudar a los demás a crecer. (Dagor)
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor