Cuando un bardo trata de forzar sus versos usurpando el estilo ajeno, cambiando solamente las palabras en un poema, el resultado puede ser fatal, termina pareciéndose a un collar mal armado, como si las perlas no calzaran en su soporte y se rebosaran por ajenas. Además, es una cuestión de ética, y nada más triste que un poeta sin la misma. © Dagor
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor