Detrás de la catarsis de la vida, se esconde el universo de los sueños. Buscamos encontrar en las estrellas un canto de cristal desde La Tierra, como un eco que inunde con su música el planeta. Y cuando llega el fin de la jornada que llamamos vida, despojados del peso de los huesos, soltamos las amarras y partimos en busca de esa meta, de esa voz celestial, orilla prometida, oráculo sin tiempo… Anhelo para ti un viaje placentero, mirando desde lejos las luces del mundo, desde otra perspectiva, descomunal, infinita. Confundiéndote con los astros hasta desaparecer con tu alma cargada de amor y de humildad, en brazos de tu destino universal, por los siglos de los siglos. El resto, ya no importa… © Dagor
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor