Acaba de pasar una furiosa tormenta, el romanticismo de mi nota anterior quedó hecho jirones cuando se me apagó la computadora. Los truenos gritaban como político en campaña, como vendedor de chucherías, como mujer celosa. Inmediatamente, me puse a pintar un edificio blanco sobre el paisaje apacible de mi lienzo para consolar al imaginario de mi esperanza. Algo así como plantar una bandera de paz en zona de guerra, mientras se cruzan los disparos. (Dagor)PVV
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor