deja correr tus cruces
siémbralas en el viento
que no obstruya su paso
la voz de los sentimientos
deja que el tiempo y el agua
te rediman de tormentos
deja que el dolor se aleje
que se lo lleve la luz
la luz del entendimiento
Dagor
PATRICIA VELASQUEZ DE MERA (Dagor) LIBRE PENSADORA
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor
viernes, 1 de febrero de 2019
domingo, 9 de diciembre de 2018
Cada copo de nieve es un suspiro suspendido frente a mi ventana. Invicta, la bandera de Navidad, permanece de pie entre el frío y el viento que sacude la blancura de los árboles.
Pasa un cardenal a vuelo raso, sé que es él, el interlocutor ubicuo, el filósofo que hace soñar a las plantas congeladas, el poeta jocoso que dibuja flores con sus piruetas alrededor de la chimenea. Lo reconozco por su sonrisa insuperable. Apenas me mira. Busca refugio, le abro la puerta y en lugar de entrar, sacude su abrigo de alas escarlata frente a ella, como para desplegar calor en mi estancia y abrazarme el alma. Saluda tocando su cabeza con la punta de un ala. Se aleja en dirección a un arbusto y desaparece en él.
Bendito invierno con sus paisajes níveos y sus cantos de esperanza. Quizás todo es un sueño, tal vez una quimera, pero no hay mejor manera de calentarse las manos al fuego del hogar, que en la estación de la espera.
Dagor
Pasa un cardenal a vuelo raso, sé que es él, el interlocutor ubicuo, el filósofo que hace soñar a las plantas congeladas, el poeta jocoso que dibuja flores con sus piruetas alrededor de la chimenea. Lo reconozco por su sonrisa insuperable. Apenas me mira. Busca refugio, le abro la puerta y en lugar de entrar, sacude su abrigo de alas escarlata frente a ella, como para desplegar calor en mi estancia y abrazarme el alma. Saluda tocando su cabeza con la punta de un ala. Se aleja en dirección a un arbusto y desaparece en él.
Bendito invierno con sus paisajes níveos y sus cantos de esperanza. Quizás todo es un sueño, tal vez una quimera, pero no hay mejor manera de calentarse las manos al fuego del hogar, que en la estación de la espera.
Dagor
viernes, 25 de mayo de 2018
jueves, 24 de mayo de 2018
Hoy salí a caminar calle abajo. El ruido primaveral de unas aves me atrajo y lo seguí. En un sendero distinto al que suelo recorrer, las encontré revoloteando en una fuente de agua, compartiendo su alegría.
Al sentir mi cercanía, se levantaron en vuelo rápido. Huyeron. Seguramente se ubicaron entre los árboles frondosos a esperar que me retirara para volver a su algarabía.
Me asomé a la fuente y vi mi rostro al fondo de la misma. Debo confesar que me detuve a contemplarme por un buen rato. En ese momento confirmé que mis días estaban contados. Me di la vuelta toda consternada, y para mi sorpresa, tropecé con los pájaros que habían retornado a decirme con su silencio que en realidad, todos tenemos los días contados. Ellos también. Las aves me miraron hondamente, solemnemente y se abrieron a mi paso graciosamente. Pero no fue hasta que estuve de nuevo en mi ruta cotidiana, que volví a escuchar su gorjeo maravilloso.
Pisé con fuerza y emprendí el regreso a casa para abrazar a mis plantas, para reír y celebrar con ellas el milagro de la vida.
Y aquí estoy, como de costumbre, suspirando en domingo detrás de mi ventana.
Dagor
Al sentir mi cercanía, se levantaron en vuelo rápido. Huyeron. Seguramente se ubicaron entre los árboles frondosos a esperar que me retirara para volver a su algarabía.
Me asomé a la fuente y vi mi rostro al fondo de la misma. Debo confesar que me detuve a contemplarme por un buen rato. En ese momento confirmé que mis días estaban contados. Me di la vuelta toda consternada, y para mi sorpresa, tropecé con los pájaros que habían retornado a decirme con su silencio que en realidad, todos tenemos los días contados. Ellos también. Las aves me miraron hondamente, solemnemente y se abrieron a mi paso graciosamente. Pero no fue hasta que estuve de nuevo en mi ruta cotidiana, que volví a escuchar su gorjeo maravilloso.
Pisé con fuerza y emprendí el regreso a casa para abrazar a mis plantas, para reír y celebrar con ellas el milagro de la vida.
Y aquí estoy, como de costumbre, suspirando en domingo detrás de mi ventana.
Dagor
martes, 22 de mayo de 2018
martes, 2 de mayo de 2017
miércoles, 8 de febrero de 2017
MALA NOTA SEÑOR PRESIDENTE
mala nota señor Presidente
en cálculo diferencial
rojo en lógica
verde en historia nacional
amarillo
en derecho territorial
en ética, qué le digo?
lo tengo que reprobar
cero en literatura
un verso voló a la luna
en busca de su inocencia
lo hizo con fe con clemencia
y regresó derrotado
culpa de la gravedad
del peso de la evidencia
con el viento a su favor
de timonel se jactaba
mas se encalló en el poder
con camaradas mediocres
surcando el mar del placer
del cuento queda un hermano
que lo vende en cada esquina
un palacio denigrado
y su pueblo en cada rima
buscando una explicación
ilusión despilfarrada
década de involución
al final de la contienda
está vacía la tienda
la bodega está saqueada
la caja registradora
absorta desdibujada
pues nunca aprendió a contar
en matemáticas, rojo!
qué rabia señor Presidente
los pájaros en el exilio
cantando a las escopetas
se agita el árbol que un día
le cobijara su orquesta
ya ni su sombra le presta
bajo un sol canicular
se ha terminado su fiesta
y ahora señor Presidente
para dónde va a girar
con su rueda moscovita
no se nos vaya a llevar
el sillón presidencial
al infierno en que levita
es tarde señor Presidente
ya llegó la media noche
la esperanza está cansada
pasa el tren mientras le escribo
en el andén de una estrella
silba sabio su sentencia
prometiendo cual profeta
que usted también pasará
Dagor
miércoles, 4 de febrero de 2015
NO HAY PRISA
No tienes que correr, ni tratar de derribar a otros a tu paso. Camina a tu propio ritmo, a tu velocidad. Disfruta el paisaje, nada detendrá tu camino, nada lo acortará. Todos tenemos los días contados. Dagor
martes, 27 de enero de 2015
LA ARROGANCIA
Hay alguien cuya gracia me inspiraba. Parecía volar en sencillez. Era natural y fresca, llevaba un brillo de estrella encendido en la mirada.
Su encanto era de otro mundo, su sonrisa era de niña, transparente, delicada. Volaba como paloma, como rosa caminaba. Era frágil porque el viento la eligió para ser hada.
Pero ella no lo entendió. Y creyó que era perfecta. Se despojó sin temores de su traje de humildad y perdió todo el hechizo que su figura emanaba. Hoy casi camina de espaldas, de su sombra está
enamorada. Se mira con tal insistencia que olvida en su inocencia que el espejo siempre engaña, que vemos lo que queremos que nos deleite en pantalla.
La arrogancia empaña todo, es madre de la distancia. De lejos todo es pequeño, los planetas, los cometas, hasta el sol, para ser clara.
Dagor
Su encanto era de otro mundo, su sonrisa era de niña, transparente, delicada. Volaba como paloma, como rosa caminaba. Era frágil porque el viento la eligió para ser hada.
Pero ella no lo entendió. Y creyó que era perfecta. Se despojó sin temores de su traje de humildad y perdió todo el hechizo que su figura emanaba. Hoy casi camina de espaldas, de su sombra está
enamorada. Se mira con tal insistencia que olvida en su inocencia que el espejo siempre engaña, que vemos lo que queremos que nos deleite en pantalla.
La arrogancia empaña todo, es madre de la distancia. De lejos todo es pequeño, los planetas, los cometas, hasta el sol, para ser clara.
Dagor
sábado, 17 de enero de 2015
Sábado para soñar
entre pinos encantados
galopa la naturaleza
hay un cardenal pensativo
que se mece en una rama
mientras mi ventana
sin prisas se despereza
el ciprés silba bajito
parece como que reza
sábado de cielo azul
canción de lo infinito
sábado para soñar
para dejarse llevar
por el humo del café
desde un pacífico rincón
de mi cueva suburbana
la leña cruje
su calor abraza
al filo de mi taza
se posa la flor de la memoria
y mientras cruza una ardilla
también camina mi historia
Dagor
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