un ave imaginaria de colores brillantes y mirada sombría se posaba con gracia sobre el muro grisáceo de su melancolía sólo a ella le hablaba con ella sonreía y en noches de nostalgia le hacía compañía hasta que la princesa se quedaba dormida un día la princesa se enfermó para siempre aferrada a su almohada escuchaba los cantos del ave entristecida y en medio del dolor pintaba una sonrisa su voz se fue apagando de su cuerpo vencido de sus manitas tibias de su melena cana se fueron despidiendo la fuerza y la esperanza afuera entre las ramas del árbol de su casa el ave se mecía sumido en la impotencia suspirando en la lluvia con los ojos cerrados y un nudo en la garganta con ella se fue el ave esa tarde sombría cuando cerró los ojos la princesa en su lecho ... cuentan que desde el techo se vio bajar un pájaro de luz resplandeciente que entró por la ventana y se durmió en su pecho © Dagor PVV Junio 6 2011
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor