(Foto: "Las Casitas" Acrílico sobre cartón por Patricia Velásquez de Mera, Nueva Orleáns, 1998)
GUAYAQUIL
el viento en tu portal
no tiene prisa
cometa de verano
ciruela en temporada
Guayaquil
volver a ti
escuchar el tic tac del reloj
desde una hamaca
o el cric cric de los grillos
traviesos mozalbetes
mensajeros de lluvia
de calor de nostalgia
de la rotonda
al redondel de Olmedo
la libertad me saludaba
el bullicio de su gente
contagiaba
el circo llegando en julio
regresando en octubre
con los mismos payasos
envejeciendo entre carcajadas
escondiendo pesares
detrás de sus máscaras
Guayaquil
despertar una mañana
los zapatos de la escuela
brillando al pie de la cama
páginas ingenuas
ríos de luciérnagas
en el diario de la infancia
bajo mi balcón solían pasar
funerales de bomberos
filas impecables
escuadras de guerreros
marchando al cementerio
acompañando al héroe
caído en un incendio
la trompeta gemía
el silencio lloraba
las casacas rojas
se aferraban a él
Guayaquil
puente de piedra
entre mi corazón
y el cerro Santa Ana
entre la nueve de octubre
y la Julián Coronel
el padre era joven
la madre no tenía canas
los hermanos completos
a la mesa se sentaban
del parque Seminario
al barrio del Centenario
cada historia tenía
humores de canguil
secretos de empanada
todo era azul y blanco
entre el estero salado
y el manso río Guayas
tu luna era distinta
espejo para iguanas
tu sol resplandecía
izado en la ventana
del comedor de mi casa
porque tú eras el sol
Guayaquil
y hoy eres mis canas
mi amiga más soñada
por eso te hago cartas
de todos los colores
y en esta noche de nieve
te beso a la distancia
© Patricia Velásquez de Mera