Ir al contenido principal

CARTA ABIERTA A MI PADRE

Hoy te escribo esta carta sobre el cristal de mi ventana. A veces, cuando todas las luces se apagan, te vengo a buscar en mi rincón preferido porque las estrellas, a mi entender son destellos de tu sonrisa cálida y amorosa. En ocasiones como hoy, se me escapan las lágrimas al pensarte. Mas no debo estar triste si vives en mi como un río de ilusión y de ternura que riega mis campos de esperanza. Es probable que no apruebes un secreto que debo confesarte: te extraño en cada retorno de la luna, aunque comprendo que no es que la luna nos aleja, sino que nos une cada vez que da la vuelta. Entonces, puedo decir que lloro de felicidad por tenerte tan cerca, por ese privilegio recurrente de tu presencia mágica en mi vida.

Tengo la certeza de que pernoctas en mi horizonte, Papá. Tu silencio es el camino más corto entre mi corazón y la montaña siempre verde y gigante de tu recuerdo. Me basta cerrar los ojos para encontrar tu mirada abrazadora y limpia frente a los ojos de mi alma. Siento que puedo transitar sin prisa por este camino hermoso pero difícil que es la vida porque al final, estás tú con tus brazos abiertos para recibirme con aplausos.

Papá, parece que fue ayer cuando nos despedimos. Y aunque mi juventud no me permitió comprender que ese era el adiós definitivo, en cambio tú te aferraste a mis manos con tanto amor y tal fuerza, que hoy entiendo que en realidad, en ese momento, me estabas legando la vida. Hay tantas cosas que no te pregunté, Papá. Pero día a día me vas despejando las dudas cuando rememoro tus enseñanzas y palabras. Y quiero que sepas que lucho sin tregua para poder dejarles a mis hijos un cuaderno de honor, de amor, de servicio, de lealtad, de sencillez, como el que tú me dejaste con tu ejemplo.

Esta noche voy a soñar contigo, voy a escuchar tus bromas y tus lecciones, tus historias y canciones, tus ocurrencias, el eco de tu voz y tu guitarra, el privilegio de tus sabias recomendaciones. Voy a volar contigo… te dejo la ventana abierta, Papá. Te amo!

Raleigh, Junio 19 de 2011

© Dagor, PVV

Comentarios

Entradas populares de este blog

EDDIE CHIANG

Hace un cuarto de siglo Eddie Chiang Espinoza ya estaba cantando… Empezó a hacerlo hace cincuenta años, en el vientre materno. La adolescencia lo sorprendió abrazado apasionadamente a una guitarra. Una de las voces más exquisitas de la música popular en el Ecuador, Eddie se compenetró con su destino de cantante desde muy joven, comprendió que la tarea no sería fácil pero sería hermosa, supo que con su voz podía encarnar al poeta, al compositor y aportar con su interpretación impecable para formar un trío de un sólo hombre, una amalgama de técnica, ternura y pasión con la cual llegaría a tocar el alma de todo el que haya tenido el privilegio de escucharlo. El título de su primer long play "INTIMIDAD" sin duda marcó su trayectoria Su canto es siempre íntimo, se le hace fácil llegar por el oído al corazón del público. Su voz fluye naturalmente, como cuando el pintor se para frente al lienzo y las imágenes empiezan a plasmarse solas, a cobrar sentido, a tener una razón de ser s...

8002 SYCAMORE

(Foto: "La Laguna" por Patricia Velasquez de Mera. New Orleans, 1998) 8002 Sycamore Llegó apurado, frotándose las manos. Apretaba el periódico del día bajo su brazo izquierdo. En la mano derecha, como de costumbre, llevaba un pan empacado en papel de cera. Hacía frío, pero también como de costumbre, no llevaba calcetines y sus canillas blancas como la nieve relampagueaban entre los mocasines y el pantalón. Depositó el pan sobre la mesa y se sentó de espaldas al salón, frotando sus manos una contra la otra por largo rato. Little Watch (relojito) apareció de algún rincón y moviendo la cola se le pegó a la pierna con familiaridad hasta que se escuchó el grito: Maldita sea! Ya me pasaste el puñado de pulgas. Se levantó agitado, abrió la puerta y Little Watch salió pitando por ella. Volvió sobre sus talones y se dirigió a la chimenea, prendió el fuego sin sacarse el abrigo y se metió en la cocina. Mientras pasaba café leía con interés el diario y tomaba con placer -como si aquello...

Quito

Quito trinchera de luz desde los gélidos pechos  de tus volcanes dormidos desde los parques alegres de tu casco colonial eres Quito señorial la capitana de todas las ciudades que enarbolan el escudo nacional Quito soberana cita andina  donde el humano camina entre política y sal entre el granizo y la gloria de una infatigable historia en pos de la libertad Quito cajita de música  con vestido de española añorando serenatas de romántico pasado entre ponchos de colores canelazos y poetas que brindan por tus nevados de pie en la mitad del mundo patrimonio cultural estás Quito monumental florecida e ingeniosa  jugando a la arquitectura uniendo el ayer y el hoy bajo la venia de Dios en tu cara reflejado Dagor 1988