entre pinos encantados
galopa la naturaleza
hay un cardenal pensativo
que se mece en una rama
mientras mi ventana
sin prisas se despereza
el ciprés silba bajito
parece como que reza
sábado de cielo azul
canción de lo infinito
sábado para soñar
para dejarse llevar
por el humo del café
desde un pacífico rincón
de mi cueva suburbana
la leña cruje
su calor abraza
al filo de mi taza
se posa la flor de la memoria
y mientras cruza una ardilla
también camina mi historia
Dagor
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