Ir al contenido principal


A TODAS LAS MUJERES 


la vi pasar con sus trenzas despeinadas

con su infinita mirada a punto de llorar

era joven 

como el sauce japonés que mi jardín adornaba

iba como absorta

como si debajo de sus pies no hubiera nada

apuré el paso 

traté de alcanzarla

pero aunque no iba de prisa

parecía que volaba


caminó y caminó 

en dirección del horizonte

como que lo buscaba 

para esconderse en él 

o para superar 

alguna pesadilla 

que la atormentaba


dejamos la ciudad atrás

ella  simplemente 

me ignoraba

mientras un Noctuno de Chopin 

se escuchaba 

en la distancia


desolada la niña de mi cuento

me provocaba abrazarla

hubiera querido tocarla

darle la mano 

pero tuve temor

de que se esfumara

o que se subiera a mi pecho 

para que la consolara

y que cobarde yo

también la traicionara


al fin

luego de cruzar ciudades

subir y bajar montañas

llegamos a un claro en el bosque 

y al ver una piedra solitaria

la joven se sentó

me buscó con la mirada 

dejando brotar de sus ojos 

tantas lágrimas

que el agua empezó a correr 

debajo de nuestras pisadas


entonces ya de perfil

vi su vientre 

de mujer embarazada

vi sus mejillas pálidas 

y la profunda tristeza 

de una madre maltratada


iba descalza

como si hasta 

las plantas de sus pies

hubieran sido humilladas

al punto que ya nada

ni nadie 

podría lastimarla


supe que corría por su hijo

para salvarle la vida

que el demonio del machismo 

amenazaba

lo intuí en su angustia

en ese dolor transparente 

de cristal roto

que de su ser emanaba


me contó su historia

su terror

con voz cansada 

venció su acostumbrada timidez

se transformó en palabra

en eco de tantos calvarios

de tanta soledad en la rodada


y ya sin verla

le juré silencio

pero esta mañana 

en medio de la niebla 

y la nostalgia

brotó de mis entrañas 

y otra vez

la música de Chopin 

llenó mi estancia


aún repica en mis sienes 

el hilo tembloroso 

de su voz desesperada

aún siento la fuerza 

y la determinación 

de su decisión 

en medio de la desgracia


aún la busco en el viento

en el tiempo

en todos los paisajes

en millones de mujeres 

cuyas vidas destrozadas 

por un contrato social

de burla menosprecio

y carcajada

han sido silenciadas


Dagor


Comentarios

Entradas populares de este blog

EDDIE CHIANG

Hace un cuarto de siglo Eddie Chiang Espinoza ya estaba cantando… Empezó a hacerlo hace cincuenta años, en el vientre materno. La adolescencia lo sorprendió abrazado apasionadamente a una guitarra. Una de las voces más exquisitas de la música popular en el Ecuador, Eddie se compenetró con su destino de cantante desde muy joven, comprendió que la tarea no sería fácil pero sería hermosa, supo que con su voz podía encarnar al poeta, al compositor y aportar con su interpretación impecable para formar un trío de un sólo hombre, una amalgama de técnica, ternura y pasión con la cual llegaría a tocar el alma de todo el que haya tenido el privilegio de escucharlo. El título de su primer long play "INTIMIDAD" sin duda marcó su trayectoria Su canto es siempre íntimo, se le hace fácil llegar por el oído al corazón del público. Su voz fluye naturalmente, como cuando el pintor se para frente al lienzo y las imágenes empiezan a plasmarse solas, a cobrar sentido, a tener una razón de ser s...

8002 SYCAMORE

(Foto: "La Laguna" por Patricia Velasquez de Mera. New Orleans, 1998) 8002 Sycamore Llegó apurado, frotándose las manos. Apretaba el periódico del día bajo su brazo izquierdo. En la mano derecha, como de costumbre, llevaba un pan empacado en papel de cera. Hacía frío, pero también como de costumbre, no llevaba calcetines y sus canillas blancas como la nieve relampagueaban entre los mocasines y el pantalón. Depositó el pan sobre la mesa y se sentó de espaldas al salón, frotando sus manos una contra la otra por largo rato. Little Watch (relojito) apareció de algún rincón y moviendo la cola se le pegó a la pierna con familiaridad hasta que se escuchó el grito: Maldita sea! Ya me pasaste el puñado de pulgas. Se levantó agitado, abrió la puerta y Little Watch salió pitando por ella. Volvió sobre sus talones y se dirigió a la chimenea, prendió el fuego sin sacarse el abrigo y se metió en la cocina. Mientras pasaba café leía con interés el diario y tomaba con placer -como si aquello...

Quito

Quito trinchera de luz desde los gélidos pechos  de tus volcanes dormidos desde los parques alegres de tu casco colonial eres Quito señorial la capitana de todas las ciudades que enarbolan el escudo nacional Quito soberana cita andina  donde el humano camina entre política y sal entre el granizo y la gloria de una infatigable historia en pos de la libertad Quito cajita de música  con vestido de española añorando serenatas de romántico pasado entre ponchos de colores canelazos y poetas que brindan por tus nevados de pie en la mitad del mundo patrimonio cultural estás Quito monumental florecida e ingeniosa  jugando a la arquitectura uniendo el ayer y el hoy bajo la venia de Dios en tu cara reflejado Dagor 1988