Acariciar mis pinturas para que no se sientan solas, revisar mis libros para que sepan que alguien los escucha, es un ritual necesario para no dejar morir el otro yo que me habita irremediablemente, aquel que únicamente se asoma a la ventana en noches de luna o en domingos de paz... El resto del tiempo, con la puerta cerrada a mi quimera azul, me convierto en lo que no soy pero que he aprendido a manejar muy bien para poder seguir caminando por el mundo.
© Dagor
Hace un cuarto de siglo Eddie Chiang Espinoza ya estaba cantando… Empezó a hacerlo hace cincuenta años, en el vientre materno. La adolescencia lo sorprendió abrazado apasionadamente a una guitarra. Una de las voces más exquisitas de la música popular en el Ecuador, Eddie se compenetró con su destino de cantante desde muy joven, comprendió que la tarea no sería fácil pero sería hermosa, supo que con su voz podía encarnar al poeta, al compositor y aportar con su interpretación impecable para formar un trío de un sólo hombre, una amalgama de técnica, ternura y pasión con la cual llegaría a tocar el alma de todo el que haya tenido el privilegio de escucharlo. El título de su primer long play "INTIMIDAD" sin duda marcó su trayectoria Su canto es siempre íntimo, se le hace fácil llegar por el oído al corazón del público. Su voz fluye naturalmente, como cuando el pintor se para frente al lienzo y las imágenes empiezan a plasmarse solas, a cobrar sentido, a tener una razón de ser s...
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