El viento apenas mueve las ramas de los árboles esta tórrida mañana de verano. La ventana se derrite de alegría al abrazo del sol. Te imagino sentada entre las pocas flores que resisten el calor. El paisaje sonríe como el recuerdo de tu inocencia. El mundo, dicen que está peor, te cuento que está igual. Poco te perdiste al no caminar las calles contaminadas de carencias y violencia. Después de tanto sufrimiento, ya nada te perturba mientras la estela de tu alma buena, suspendida en la calma de lo etéreo, gira a nuestro alrededor como una bendición. Ya no hay pena, ni para tí ni para mí. Cuando hablo contigo no necesito del viento para que te lleguen las palabras porque mi corazón es un huerto en primavera, en el que habitas a tus anchas de jardinera empedernida. El tiempo se ha encargado de que la ausencia parezca lógica, de que la tristeza se vuelva alegría al saberte aquí, aunque nadie te vea. Hay silencios que hablan más que todas las palabras juntas. El tuyo fue obligado pero tu p...
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor