Mayo 9, 2013//
MI MADRE Y YO//
te he visto temblar con mis versos/
sollozar sin lágrimas mirando a lo lejos/
levantarte a tiempo por un vaso de agua
y volver a tu asiento/
con esa dignidad apasionada
con la que rubricas todos tus silencios//
caminas lento apoyada en tu bastón/
te pesan el tiempo y la voz del corazón//
Madre/
no sé cuándo te abrace nuevamente/
se fue otra primavera/
ya partió el invierno/
llovió y llovió sin tregua sobre el puente
que une y que dilata nuestro encuentro//
en ratos de tristeza te desdoblas/
te metes en mi pecho y me consuelas/
en horas de alegría me desdoblo yo
para compartir contigo el privilegio//
te cuento que desde mi ventana
escucho cardenales que me llaman/
las flores no me ocultan su sentir/
los árboles me bailan/
y yo quiero ofrecerte esa belleza/
ese altar de la naturaleza/
en esta carta imaginaria//
para mitigar aunque sea un poquito
la triste realidad de nuestra ausencia//
bordo con mis sueños un pañuelo/
blanco como la bandera que nos ata/
nostálgico como tu mirada/
transparente como nuestro anhelo/
infinito como la esperanza//
porque en el templo de mi memoria/
siempre serás repicar de campanas/
Yolanda//
Madre de mi cuerpo y de mi alma…//
© Dagor
Hace un cuarto de siglo Eddie Chiang Espinoza ya estaba cantando… Empezó a hacerlo hace cincuenta años, en el vientre materno. La adolescencia lo sorprendió abrazado apasionadamente a una guitarra. Una de las voces más exquisitas de la música popular en el Ecuador, Eddie se compenetró con su destino de cantante desde muy joven, comprendió que la tarea no sería fácil pero sería hermosa, supo que con su voz podía encarnar al poeta, al compositor y aportar con su interpretación impecable para formar un trío de un sólo hombre, una amalgama de técnica, ternura y pasión con la cual llegaría a tocar el alma de todo el que haya tenido el privilegio de escucharlo. El título de su primer long play "INTIMIDAD" sin duda marcó su trayectoria Su canto es siempre íntimo, se le hace fácil llegar por el oído al corazón del público. Su voz fluye naturalmente, como cuando el pintor se para frente al lienzo y las imágenes empiezan a plasmarse solas, a cobrar sentido, a tener una razón de ser s...
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