Yo no buscaba el arte, el arte me citaba repetidamente hasta que le hice caso; me hizo arrodillarme de dolor hasta descubrirlo mar adentro en mi pecho, me ayudó a reconstruir mi sombra. Me levantó del esplín y me abrazó con su magia y su alegría. Por eso me entregué sin reservas al sublime ejercicio de buscar alguna verdad oculta entre colores y formas que, pincelada a pincelada, palabra a palabra, parecen desprenderse como piel fosilizada de tantas vidas que llevamos acumuladas detrás de la mirada. Dagor PVV
No es el hombre por hombre superior más que a la sombra de sus propios pasos, muchas veces el hombre es un payaso que ríe entre sus ganas de llorar. No es el hombre el señor del universo, sólo es grano de arena en playa vieja, sólo es hueso fugaz, tímida queja que aprende lentamente a caminar. No es el hombre inmortal, no es dios ni es vino, el hombre es el camino, no es el norte, invitado temporal del horizonte, lluvia breve, libertad por alcanzar. Dagor